Era casi el mediodía de un día primaveral, de uno de esos días que se empiezan a sentir los cambios, los olores,
el calor acogedor; cuando Nicolás le dijo a su pequeña y única hija, entre
sollozos de emoción y con la respiración agitada que subiera al auto porque
tenían que ir urgente al hospital. La nena tomó aire, irguió la espalda para
parecer unos años mayor, carraspeó y dijo:
- Papá, yo me quedo – con cierto
aire de madurez en su voz.
Su padre, que estaba buscando
desesperadamente las llaves del auto se detuvo en seco, boquiabierto; Olivia
había elegido el peor momento para demostrar su independencia. Nicolás, que no
acostumbraba a decir que no y que tampoco disponía de mucho tiempo para
encontrar una solución adecuada, se arrodilló ante su hija y repasó rápidamente
algunos puntos que Olivia tenía mas que claros.
- Oli, mi amor, tengo que llevar a
mamá al hospital, está por llegar Paz, tu hermanita. Prometeme que no le vas a
abrir la puerta a nadie, pero absolutamente a nadie. ¡Prometemelo!- exclamó al
ver que la expresión de autosuficiencia de la niña no mutaba.
- Prometido.- dijo Olivia casi con
arrogancia.
Su padre la abrazó y en un abrir y
cerrar de ojos ya estaba subiendo al auto donde se encontraba su mujer,
Miranda, a punto de dar a luz.
La niña alcanzó a asomarse a la
ventana para ver como el auto doblaba la esquina y desaparecía y así se aseguró
de que sus padres no volverían por un largo rato. Cuando se alejó de la
ventana, la niña empezó a observar la casa con otros ojos, al estar sola la
pequeña casa en la que vivían parecía mucho más espaciosa, todo parecía más
grande, más silencioso, más…raro. Pero esto estaba muy lejos de asustar a
Olivia, y la radiante sonrisa que había aparecido en su rostro lo comprobaba.
Se paró en medio del living comedor,
miró hacia todos lados como si se encontrara en un lugar nuevo por descubrir,
pero siempre conservando su sonrisa. Comenzó a subir las escaleras que
conducían al primer piso, donde se encontraban las habitaciones de los padres y
su habitación, que pronto compartiría con su hermanita. Aunque la idea de dejar
de ser hija única todavía la atormentaba un poco, Olivia estaba feliz, sabía
que el momento del cual tanto le había hablado su abuelo Camilo había llegado.
Si su abuelo no se equivocaba, este día marcaría el resto de sus vidas.
Olivia fue hacia el baño, se subió
a un banquito para poder verse en el espejo y comenzó a peinarse, sabía que
debía estar lista para recibir a Paz. Luego se dirigió a su habitación, que por
cierto no era igual a las habitaciones de las niñas de su edad; esta habitación
era muy acogedora pero muy seria a la vez. Todas las cosas estaban ordenadas,
incluso la casita de muñecas que hacía años no usaba. Una de las paredes estaba
ocupada por una gigantesca biblioteca, con cientos de libros en perfecto orden;
Estos libros habían llegado a ella- en su mayoría- mediante su abuelo, que le
obsequiaba uno cada vez que la iba a visitar.
Nicolás había dejado que su hija
se quedara sola en su casa no porque fuera un inconsciente, sino porque
confiaba plenamente en ella; que más de una vez había demostrado ser mucho más
grande de lo que decía su edad cronológica. No solo por su madurez, sino
también por su inteligencia, y su pasión por leer y releer los libros de esa
biblioteca era el mejor testigo.
Una vez que terminó de cambiarse,
Olivia volvió al living. Sorpresivamente allí la esperaba su abuelo, sentado en
un sillón, mirando para abajo. Por debajo de su sombrero se alcanzaba a
entrever una sonrisa, él siempre sonreía. Todavía no se había quitado su
sobretodo ni había dejado su paraguas. “Nunca se sabe qué esperar de la
naturaleza” respondía cada vez que su nieta le preguntaba por qué siempre lo
llevaba consigo.
- ¡Abuelo!- Exclamó mientras
corría a abrazarlo.
- Hola mi reina- contestó Camilo
con su voz dulce pero áspera. - ¿Estás nerviosa? – Indagó de repente.
- No abue, estoy bien.
- Olivia, te conozco.- Desafió el
anciano.
- Bueno si, no, en realidad tengo
miedo, todavía no entiendo qué tengo que hacer- Dijo Olivia abandonando su
personaje de mujer para mostrarse como realmente era; una nena, con miedos,
inseguridades y preguntas; como cualquier niño.
Camilo sonrió. Olivia no podía
creer que él se estuviera riendo ante tamaña confesión, pero apenas despegó los
labios para quejarse, Camilo comenzó a hablar.
- No importa cómo, ni cuándo, ni
dónde. Eso nunca importó querida, y tampoco debe importarte a ti. Tampoco debes
preocuparte por algo que todavía no ocurrió. Cuando llegue el momento vas a
entender todo, y vas a saber qué hacer. Confiá.
La niña quedó atónita, su cabeza
era un mar de preguntas y obviamente ninguna tenía respuesta aún. Hubo un
silencio. Olivia se tomó su tiempo hasta que por fin reaccionó, pero justo
cuando iba a comenzar a atacar a su abuelo con preguntas, él la interrumpió.
- Yo voy a estar siempre para
ayudarte, si es eso lo que te preocupa.
La nena volvió a quedarse callada,
eso era lo único que quería saber.
- Pero por si yo llegara a irme
algún día- Continuó diciendo mientras se levantaba trabajosamente del sillón-
te traje a alguien que te va a ayudar siempre.
El anciano se dirigió hacia la
puerta de entrada, la abrió y Olivia se acercó sin poder creer lo que veía, había
una caja muy precaria pero a la vez hermosa, y adentro estaba el que iba a
convertirse en su guía y compañero.
Me gusto !!! Che apurate con la segunda parte que me quedé con la intriga! ¬¬ Saludos!
ResponderEliminarPD: Avisá por Twitter cuando publiques la continuación.!
ResponderEliminarGenial! me dejaste con la intriga :)
ResponderEliminarMe encanta! Quiero la segunda parteeeee, me dejaste con la intriga! Avisa por twitter, beso!
ResponderEliminarChe brunito que buena idea, te felicito, no se encuentra a diario chicos de tu edad con esas ganas de escribir sin importarle si esta mal, bien o excelente.
ResponderEliminarFelitaciones!!!!!!!! y segui dandole para adelante.
Muchas graacias Juani :D
EliminarAcabo de comenzar con la historia, me gusta como escribis y el tema que estas tocando me interesa mucho. Voy a seguir leyendo :)
ResponderEliminarManteneme al tanto de tu opinión y no dudes en decirme si hay algún error :)
EliminarLa verdad me encanta! sos un groso! Como una mentalidad de un pibe asi y poder escribir esto Me gusta UN MONTON
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